La diabetes y la enfermedad gingival o periodontal
La diabetes mal controlada puede producir enfermedad gingival, también conocida como enfermedad periodontal. Puede suceder a cualquier edad. La enfermedad gingival es una infección de las encías y del hueso que sostiene los dientes.
La diabetes produce cambios en los vasos sanguíneos, lo que afecta el flujo de nutrientes. También afecta la manera en que se eliminan los desechos de los tejidos corporales. Las encías y los huesos pueden debilitarse y esto puede aumentar el riesgo de infección.
Además, si la diabetes no está bien controlada, los niveles más altos de azúcar en la sangre en los líquidos de la boca contribuyen al crecimiento de las bacterias que puede producir enfermedad gingival. El control deficiente del azúcar en la sangre dificulta la tarea del sistema inmunitario de combatir las infecciones. Además, es posible que la enfermedad gingival no controlada dificulte el control de la diabetes.
El tabaquismo es un tercer factor perjudicial para la salud bucal. Esto sucede incluso con quienes no tienen diabetes. Pero si una persona con diabetes fuma, tiene un riesgo mucho mayor de tener enfermedad gingival que una persona que no tiene diabetes.
Junto con una mala higiene bucal, la diabetes puede provocar gingivitis. Es la primera etapa de enfermedad gingival.
¿Cuáles son los síntomas de la enfermedad gingival?
Los siguientes son los síntomas más comunes:
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Enrojecimiento, hinchazón, dolor en las encías
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Sangrado al cepillarse los dientes, usar hilo dental o ambos
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Encías retraídas
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Dientes flojos o separación entre los dientes
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Mal aliento crónico o sabor extraño en la boca
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Dentadura postiza que ya no encaja correctamente
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Pus entre los dientes y las encías
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Cambios en la mordida y en la alineación de la mandíbula
Los síntomas de la enfermedad gingival pueden ser parecidos a los de otras afecciones. Consulte a un dentista o a otro especialista de la salud bucal para que le dé un diagnóstico.
¿Cuáles son los tipos de enfermedad gingival?
Cuando el dentista evalúa la enfermedad gingival, puede determinar en qué fase se encuentra. Las fases son las siguientes:
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Gingivitis. Es la forma más leve de enfermedad gingival. Las encías pueden volverse enrojecidas, hinchadas y sensibles. Es posible que sangren con facilidad en las limpiezas diarias y al usar hilo dental. El tratamiento con el dentista y el cuidado constante y adecuado en el hogar ayudan a que la gingivitis no empeore.
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Periodontitis leve. La gingivitis sin tratar puede provocar periodontitis leve. En esta etapa de la enfermedad gingival, las encías se retraen. En consecuencia, se forma una bolsa entre los dientes y las encías en la que pueden acumularse bacterias. Esto provoca la pérdida precoz de masa ósea alrededor de los dientes. Se necesita atención médica inmediata para evitar que haya mayor daño.
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Periodontitis moderada a avanzada. Es la etapa más avanzada de enfermedad gingival. Se produce una pérdida considerable de masa ósea, se profundizan las bolsas en las encías y es posible que haya retracción de las encías alrededor de los dientes. Puede cambiar la ubicación de los dientes, lo cual dificulta la mordida. Es posible que los dientes se aflojen y haya que sacarlos.
Tratamiento para la enfermedad gingival
El tratamiento puede incluir lo siguiente:
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Eliminación del sarro y de la placa detrás de las encías. La limpieza profunda (llamada también eliminación de sarro y alisado radicular) puede ayudar a eliminar la placa y el sarro que están detrás de las encías y los tejidos infectados en las primeras etapas de la enfermedad. También alisa las superficies dañadas de las raíces de los dientes. Así, las encías pueden volver a unirse a los dientes.
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Medicamentos. Es posible que se coloquen medicamentos antibacterianos en las bolsas de las encías. O quizás deba tomarlos por boca.
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Cirugía. Cuando la enfermedad esté en etapa avanzada, el dentista limpiará las zonas infectadas debajo de las encías. Luego remodelará o sustituirá los tejidos. Los tipos de cirugía pueden incluir lo siguiente:
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Implantes dentales. Pueden sustituir de forma permanente los dientes que se han extraído. También pueden servir para fijar una dentadura postiza. Si tiene dientes postizos, deben estar bien ajustados.
La diabetes y otros problemas bucales
La diabetes también puede causar otros problemas bucales e incluyen los siguientes:
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Candidiasis oral. Es una infección en la boca producida por hongos. Ocurre más a menudo en las personas con diabetes, ya que tienen un nivel alto de azúcar en la sangre y en la saliva. Los hongos crecen con el azúcar.
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Sensación de ardor. El azúcar en la sangre no controlada puede provocar una sensación de ardor en la boca.
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Boca seca. La boca seca suele ser un síntoma de diabetes aún no diagnosticada. Significa que la boca no tiene suficiente saliva para mantenerse húmeda. La saliva ayuda a la digestión. También controla las bacterias y los hongos para ayudar a prevenir las infecciones y las caries. La boca seca puede hacer que sea difícil sentir los sabores, masticar y tragar los alimentos. También puede afectar su manera de hablar y causar infecciones bucales y caries.
Los síntomas de la boca seca incluyen boca seca y pegajosa, labios secos, sensación de ardor en la boca, lengua áspera y llagas o infección en la boca.
Consulte siempre con su proveedor de atención médica para obtener un diagnóstico.
El tratamiento para la boca seca depende de la causa. La boca seca puede deberse a un medicamento, una enfermedad, un tratamiento contra el cáncer u otro tipo de daño en las glándulas salivales y los nervios. Algunos consejos para prevenir los síntomas de boca seca incluyen lo siguiente:
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Tomar con frecuencia pequeños sorbos de agua o líquidos sin azúcar
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No beber cafeína
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Beber líquidos durante las comidas
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Evitar las comidas picantes o saladas
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No consumir tabaco ni alcohol
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Usar un humidificador por la noche
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Masticar chicle o caramelos sin azúcar
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Usar el medicamento que le recete el dentista para mantener la boca húmeda
Cómo prevenir la enfermedad gingival y otros problemas bucales
Cuidar correctamente los dientes y las encías permite prevenir problemas bucales relacionados con la diabetes. A continuación, se encuentran los consejos de cepillado y uso de hilo dental que recomienda el Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales (National Institutes of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases, NIDDK):
Cepillado
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Cepíllese los dientes dos veces al día con un cepillo de cerdas redondeadas y suaves de nailon y con una pasta dental con flúor.
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Cepíllese con movimientos pequeños y circulares, y hacia atrás y adelante. No haga movimientos bruscos hacia atrás y hacia adelante.
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Cepíllese la lengua cada vez que se lave los dientes.
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Cepíllese durante al menos 3 minutos para limpiar bien todos los dientes.
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Cepille la parte superior, de adelante y de atrás de cada diente.
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Uso del hilo dental
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Use unas 18 pulgadas (45 centímetros) de hilo dental cada vez que se lave los dientes.
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Use hilo dental al menos una vez al día.
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No haga movimientos hacia adelante y hacia atrás entre los dientes.
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Coloque el hilo dental alrededor de cada diente y frote hacia arriba y abajo varias veces, desde debajo de la encía hasta la parte superior del diente.
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Enjuáguese luego de usar hilo dental.
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Su dentista es parte de su equipo de control de la diabetes. El NIDDK recomienda que informe al dentista en cada consulta todo cambio en su salud o en los medicamentos. Además, debe compartirle algunos de los resultados de las pruebas de diabetes, como la prueba de A1C o la prueba de glucosa en ayunas. De ese modo, el dentista puede atender mejor su salud dental. Por último, si la diabetes no está bien controlada, pregunte al dentista si necesita antibióticos antes y después de cada tratamiento dental.