VIH/SIDA
¿Qué es el VIH/SIDA?
El término SIDA se refiere a las etapas más avanzadas de una infección producida por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH). La definición actual de SIDA abarca lo siguiente:
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Todas las personas infectadas por el VIH que tienen menos de 200 linfocitos T CD4+ (también denominados linfocitos T4). Los linfocitos son las principales células encargadas de combatir las infecciones en el sistema inmunitario del cuerpo. Por lo general, los adultos sanos tienen recuentos de linfocitos T CD4+ de alrededor de 600 o más.
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Personas infectadas por el VIH a las que se les diagnosticó una o más afecciones de la salud que sufren las personas con enfermedad por VIH avanzada. Estas afecciones incluyen ciertos tipos de cáncer. También incluyen determinadas afecciones que se presentan por el efecto que tiene el VIH en el sistema inmunitario (llamadas infecciones oportunistas).
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés), alrededor de 1.5 millones de adultos y adolescentes tienen una infección por VIH en EE. UU. Muchas personas más tienen esta infección en el resto del mundo, en particular en África subsahariana. La epidemia del VIH aún no está bien controlada en algunas partes del mundo. Pero sigue mejorando de forma constante a medida que aumenta la amplia disponibilidad de medicamentos eficaces.
¿Cuáles son las causas del VIH/SIDA?
El SIDA es producido por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH). El VIH destruye o daña las células del sistema inmunitario. Así, debilita la capacidad del cuerpo de combatir las infecciones y determinados tipos de cáncer. El VIH se transmite con mayor frecuencia al tener relaciones sexuales con una pareja infectada con el virus que no tiene un diagnóstico o no tiene la afección controlada. Otra manera de transmitir el VIH es mediante el contacto con líquidos corporales infectados o con sangre de agujas, jeringas o de otros elementos utilizados para el consumo de drogas que estén contaminados.
No hay cura para el VIH. Pero se puede controlar. Además, gran parte del daño que produce la infección no puede revertirse ni prevenirse. Pero si el VIH se deja sin tratar, se producen infecciones graves y cáncer porque el sistema inmunitario está debilitado. También puede transmitirse el virus a otras personas.
¿Quiénes están en riesgo de contraer VIH/SIDA?
El riesgo de infección por VIH depende del tipo de actividad. El VIH se propaga a través de la sangre, del líquido preseminal y del semen, de líquidos de la vagina y del recto y de la leche materna. A continuación se mencionan los tipos de comportamientos que ponen a las personas en riesgo de infectarse por el VIH:
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Tener relaciones sexuales vaginales o anales con una persona infectada por VIH que no tiene el virus bajo control. El contacto sexual es la forma más común de transmisión del virus. El virus ingresa al cuerpo a través del revestimiento de la vagina, del pene, del recto o de la boca durante la actividad sexual. El sexo anal sin protección tiene el riesgo de transmisión más alto.
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Tener varias parejas sexuales. Incluye a las parejas que no conozcan su situación respecto al VIH. También abarca a una pareja que tiene VIH, pero que no tiene el virus bajo control o no sabe con certeza si está controlado.
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Tener parejas sexuales de alto riesgo. Entre ellas, una pareja que tiene una infección de transmisión sexual (ITS), es trabajador sexual o tiene relaciones sexuales con muchas personas. Alguien que se inyecta o inhala drogas también es una pareja de alto riesgo.
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Compartir agujas, jeringas u otros elementos para drogarse con alguien infectado por VIH que no tiene el virus bajo control o que no sabe bien cuál es su situación respecto al VIH.
Otros factores incluyen los siguientes:
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Consumo de alcohol y otras drogas. Pueden interferir en el sentido común de la persona. Como consecuencia, es más probable que la persona asuma riesgos, como tener relaciones sexuales sin protección.
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Tener una infección de transmisión sexual. (ITS) Las ITS pueden provocar cambios en el tejido de la vagina o del pene. De ese modo, es más fácil que se transmita el VIH cuando tiene relaciones sexuales. Además, una persona con una ITS tiene más probabilidades de contraer otra, entre ellas el VIH.
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Pincharse accidentalmente con una aguja u otro elemento médico contaminado con VIH. Pero es poco frecuente que una persona con VIH propague el virus a un profesional de atención médica de esta manera. Tampoco es común que el profesional transmita el virus al paciente.
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Recibir una transfusión de sangre. El VIH también puede transmitirse a través del contacto con sangre infectada. Pero el riesgo de contraer VIH de una transfusión de sangre es muy bajo. Esto se debe a que en Estados Unidos se analiza la sangre para detectar signos de infección por VIH.
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Tener relaciones sexuales sin saber la situación de la pareja con respecto al VIH.
Riesgos para un feto. Una madre infectada por VIH puede transmitir el virus al bebé antes del nacimiento o durante el parto. Más aun si no tiene el VIH bien controlado. También puede transmitir el virus al amamantar. Las embarazadas siempre deben hacerse un análisis de detección de VIH y tratarlo, en caso de tener el virus.
La exposición a lo siguiente no implica un riesgo de contraer VIH/SIDA:
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Saliva
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Sudor
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Lágrimas
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Contacto ocasional, como compartir utensilios para comer, toallas y sábanas
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Piscinas
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Teléfonos
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Inodoros
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Picaduras de insectos (por ejemplo, mosquitos)
¿Cuáles son los síntomas del VIH/SIDA?
Muchas personas presentan una enfermedad parecida a la gripe unas 2 a 6 semanas después de la exposición al VIH. Sin embargo, alrededor de 5 de cada 10 personas no tienen ningún síntoma al infectarse por primera vez. Además, los síntomas que sí se presentan desaparecen al cabo de entre una semana y un mes. A menudo se los confunde con los de otra infección viral. Los síntomas pueden incluir los siguientes:
Es posible que los síntomas persistentes o graves no se manifiesten por un período de hasta 10 años o más tiempo después de que el VIH entra por primera vez en el cuerpo de los adultos. En los niños que nacen con una infección por VIH, los síntomas pueden tardar hasta 2 años en aparecer. Este período sin síntomas puede ser diferente para cada persona. Sin embargo, durante este tiempo, el VIH infecta y destruye activamente las células del sistema inmunitario y otras células por todo el cuerpo. El efecto más evidente es la disminución de la cantidad de linfocitos T CD4+. Estas células son las principales encargadas de combatir las infecciones en el sistema inmunitario.
A medida que el sistema inmunitario se debilita, empiezan a aparecer complicaciones o síntomas. Los síntomas de la enfermedad avanzada por VIH y del SIDA pueden ser diferentes para cada persona. Entre los síntomas, se encuentran los siguientes:
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Ganglios linfáticos que permanecen agrandados por más de 3 meses
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Falta de energía
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Descenso de peso
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Fiebre y sudores frecuentes
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Candidiasis (oral o vaginal) persistente o frecuente
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Sarpullidos constantes o piel escamosa
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Diarrea que reaparece una y otra vez
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Pérdida de la memoria a corto plazo
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Una o más infecciones (infecciones oportunistas) asociadas a un sistema inmunitario debilitado. Entre ellas, se incluyen la tuberculosis y determinados tipos de neumonía.
Algunas personas tienen infecciones por herpes frecuentes y graves. Provocan llagas en la boca, los genitales o el ano, o una enfermedad dolorosa de los nervios conocida como culebrilla. Los niños pueden tener retraso en el desarrollo o el crecimiento.
En el transcurso de la infección por VIH, la mayoría de las personas tiene una disminución lenta en la cantidad de linfocitos T CD4+. Algunas personas pueden tener disminuciones repentinas y drásticas en los recuentos de estos linfocitos.
Los síntomas de la infección por VIH pueden parecerse a los de otras enfermedades o problemas de salud. Consulte siempre con el proveedor de atención médica para obtener un diagnóstico. Hay pruebas rápidas de diagnóstico y es importante obtener un diagnóstico temprano.
¿Cómo se diagnostica el VIH/SIDA?
Se usan varios tipos de pruebas para diagnosticar la infección por VIH. Por lo general, la infección por VIH no provoca síntomas al principio. Es posible que se detecte al hacer un análisis de sangre en busca de proteínas (anticuerpos) generados contra el VIH. O quizás se detecte el virus directamente. Las pruebas que se usan para encontrar los anticuerpos contra antígenos son el método preferido. En este caso, los antígenos son un fragmento del virus. Son un signo de que el virus está activo y también provocan una respuesta del sistema inmunitario. El cuerpo produce anticuerpos porque intenta combatir el virus y sus antígenos. Generalmente, las pruebas de detección de anticuerpos y del virus dan positivo a los 10 a 28 días después de la infección. Pero, en algunos casos, puede llevar más tiempo, sobre todo si se usa una prueba más antigua de VIH (en vez de la prueba de anticuerpos contra antígenos). Las personas que se expusieron al VIH deben hacerse la prueba lo antes posible. En algunos casos, la exposición al VIH puede ser muy reciente o es posible que la persona haya estado expuesta y la prueba, al hacerse en una etapa tan inicial, dé negativo. Ahora es mucho menos probable que ocurra gracias a la prueba más nueva de anticuerpos contra antígenos. Es posible que tenga que repetir la prueba en 1 a 4 semanas.
¿Cómo se trata el VIH/SIDA?
Al igual que con otras afecciones, detectar el VIH a tiempo aumenta las probabilidades de que el tratamiento sea eficaz. Los medicamentos antirretrovirales son un tipo de medicamento antiviral para el VIH que impiden que el virus dañe aun más el cuerpo. Con estos medicamentos se puede resolver parte o la totalidad del daño. Con el tratamiento antirretroviral para controlar el virus por completo, también se puede prevenir que se transmita el virus a otras personas. Con frecuencia, las personas suelen tener una esperanza de vida normal, así como una vida familiar y sexual normales.
Por el momento, no existe una cura para la infección por VIH. Sin embargo, las personas que se administran los medicamentos y no los interrumpen pueden llegar a tener el virus completamente controlado. Casi todas las personas con infección por VIH se benefician de los tratamientos contra el VIH (antirretrovirales) y los necesitan. Todas las personas que tienen infección por VIH que avanzó a SIDA necesitan tratamiento con antirretrovirales. El SIDA sin tratar siempre produce la muerte. No hay otro tratamiento que sea eficaz, aparte de los antirretrovirales. Consulte con el proveedor de atención médica para obtener más información sobre los diversos medicamentos que se usan para tratar el VIH/SIDA.
Se están llevando a cabo muchas investigaciones para encontrar una vacuna que pueda prevenir la infección por VIH o ayudar al cuerpo a controlarla mejor. Por el momento, no se demostró que haya una vacuna lo suficientemente eficaz como para usarla.
Información importante sobre el VIH/SIDA
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El SIDA es producido por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH). El VIH destruye o daña las células del sistema inmunitario. Así, debilita la capacidad del cuerpo de combatir las infecciones y determinados tipos de cáncer.
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El VIH se transmite con mayor frecuencia al tener relaciones sexuales con una pareja infectada. También se transmite al tener contacto con líquidos corporales infectados o con sangre de agujas, jeringas o de otros elementos que se usan para consumir drogas, que estén contaminados.
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Una madre infectada por VIH puede transmitir el virus al bebé antes del nacimiento o durante el parto. También puede transmitir el virus al amamantar.
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Muchas personas tienen una enfermedad parecida a la gripe unas 2 a 6 semanas después de la exposición al VIH. Sin embargo, alrededor de 5 de cada 10 personas no tienen ningún síntoma al principio.
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No hay cura para el VIH. Pero se puede controlar bien con medicamentos antirretrovirales.
Próximos pasos
Consejos para aprovechar al máximo la consulta con el proveedor de atención médica:
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Tenga en claro la razón de la visita médica y qué quiere que suceda.
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Antes de la consulta, anote las preguntas que quiere hacer.
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Lleve a un acompañante para que lo ayude a formular las preguntas y a recordar qué le dice el proveedor.
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En la consulta, anote el nombre de los diagnósticos nuevos y de todo medicamento, tratamiento o prueba nuevos. También anote las instrucciones que el proveedor le indique.
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Sepa por qué se receta un tratamiento o un medicamento y cómo lo ayudará. Conozca los efectos secundarios.
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Pregunte si su afección se puede tratar de otra forma.
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Sepa por qué se recomienda una prueba o un procedimiento y qué podrían significar los resultados.
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Sepa qué esperar si no toma el medicamento o no se realiza la prueba o el procedimiento.
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Si tiene una cita de seguimiento, anote la fecha, la hora y el objetivo de la consulta.
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Sepa cómo comunicarse con el proveedor si tiene preguntas.